Para las tradiciones rurales de argentina, la luz mala es la forma en las que se personifican las almas en pena, que vagan por las noches por el campo y el monte.
Se trata de una luz resplandeciente que irrumpe en la oscuridad de la noche y que persigue a los que pretenden escapar de ella.
Esta creencia tiene sus orígenes en un fenómeno físico que es la lumniscencia producida por las emanaciones de fósforo que se desprende de los huesos de los animales muertos por el campo.